Es necesario identificar EL MALTRATO PSICOLÓGICO, como forma de violencia machista contra la mujer (y en algunos casos contra el hombre), para poder liberarse de él y superarlo.
El maltrato psicológico no se ve y no se demuestra fácilmente, sin embargo es DEVASTADOR. La persona que es víctima del maltrato emocional suele sufrir serios problemas de salud, como estrés, ansiedad, depresión e incluso adicción a sustancias psicoactivas. La constante desvalorización de la víctima a través del reproche, indiferencia, insultos, rechazo,….. va minando la autoestima e identidad de la mujer que lo sufre. Se acaban sintiendo responsables de ser maltratadas y el sentimiento de culpa se encarga de que se mantengan en la relación. Suele haber además intimidación a través del control, amenazas, chantaje emocional, maltrato de los hijos, golpear objetos, gestos y posturas,…. Se ejerce además por parte del agresor una serie de conductas restrictivas con el fin de que la pareja vaya perdiendo autonomía, aislándola socialmente y de la familia, impidiéndole trabajar, sacar sus proyectos,…
EL MALTRATADOR PSICOLÓGICO ES:
INTOLERANTE
Las personas intolerantes no respetan las opiniones, actitudes o comportamientos de los demás. Son personas llenas de prejuicios. Esto provoca que reaccionen de forma agresiva, resentida y poco educada, ya que consideran que no hay motivo para evitar que impere su propia voluntad. Suelen ser sexistas.
ENCANTADOR AL PRINCIPIO
No se muestran intolerantes al principio, sino que son encantadoras en las fases iniciales de la relación. Saben cómo comportarse, y su verdadero “yo” tarda un tiempo en aparecer. A medida que la confianza con la otra persona se incrementa, entonces muestran el comportamiento destructivo.
AUTORITARIOS
Los maltratadores son autoritarios porque se caracterizan por poseer rasgos antidemocráticos e intransigentes (“Pero esto lo dirijo yo”). Son amantes del orden (perfeccionistas), pero desde un punto de vista subjetivo, es decir, en base a su criterio personal. Da igual si tienen razón o no, porque si no les obedeces montan en cólera.
PSICOLÓGICAMENTE RÍGIDOS
Tienen un pensamiento rígido (que incluso se ve en su postura física que puede parecer elegante) y persiguen una única verdad, la suya. No son personas que dialoguen y que busquen consenso, sino que temen ceder a las opiniones de los demás, porque consideran que solo ellos tienen razón. Todo lo que no encaje con su pensamiento está mal, y así garantizan que la única verdad existente sea la suya. Por otro lado, estas personas tienden a pensar a partir de categorías relativamente rígidas y estancas, lo cual facilita que empaticen poco con los demás, incluso cuando hay motivos para ello.
PENSAMIENTO DICOTÓMICO
Al ser personas psicológicamente rígidas, para ellos todo está bien o está mal. No hay término medio. En otras palabras, o todo es blanco o todo es negro. Esto ocurre porque, generalmente, los maltratadores han crecido en familias que les han tratado así.
CHANTAJISTAS
Se comportan siempre de acuerdo con sus intereses y culpabilizan, incomodan y provocan miedo a la víctima del chantaje. Suelen hacer que la víctima se sienta culpable por cosas que ni siquiera ha hecho o cosas que ha hecho pero que no necesariamente están mal. Los chantajistas son personas con baja autoestima, con perfil narcisista y trastorno límite de personalidad, que para reafirmar y consolidar su personalidad necesitan hacer chantaje emocional. Lo hacen en forma de autocastigo, de castigo, guardando silencio (para que te pongas nervioso, te sientas culpable, y vayas hacia él), mediante promesas que nunca cumplen (espérame que ya llego, puedo cambiar, me vas a ayudar a escribir mi libro, vas a trabajar aquí conmigo, te ayudo en el proyecto,….), culpabilizando a la víctima (no tengo paz porque tu me la quitas), ….
NO HACEN AUTOCRÍTICA
No hacen autocrítica, o por lo menos no de forma sistemática o directa (es un “amigo” el que es así) a no ser que se topen con una experiencia, lo suficientemente fuerte, que les obligue a dar un cambio radical a su manera de ver las cosas. Además, como son personas psicológicamente rígidas y creen que solo hay una verdad, no saben encajar las críticas (y se enfadan muchísimo aunque sean constructivas). Esto ocurre porque cualquier crítica es percibida como un ataque a su identidad y a su manera de interpretar la realidad, no se plantean siquiera la posibilidad de que pueda ser una aportación constructiva. De hecho, las víctimas de sus maltratos suelen pagar esta falta de habilidad social y su sensación de fracaso que tienen, siendo su chivo expiatorio o cazo de las ostias.
CRITICAN
A pesar de que estas personas no hacen autocrítica, sí que critican a los demás con gran facilidad (son los que te dicen “lo que dice Pedro de Juan dice más de Pedro que de Juan”, que ironía). Buscan los defectos de la otra persona y les machacan emocionalmente con su debilidad, e incluso se inventan una debilidad para hacer que la víctima se sienta mal. No es crítica constructiva, sino una acción orientada a hacer que alguien se sienta mal para disfrutar con su reacción o para someterla.
CAMBIAN DE HUMOR EN SEGUNDOS
Los cambios de humor son frecuentes en este tipo de personas, que pasan de un estado agradable al enfado o la ira en cuestión de segundos (te pego empujón y con las mismas te abrazo después y en cuestión de segundos). Por tanto, pueden vivir en dos extremos, de ser encantadores pasar a ser personas horribles (puedes ver a su ángel y su demonio en menos de una hora, parecen Geminis).
SE SIENTEN OFENDIDOS CON FACILIDAD
Los “ofendiditos” les llamo yo. Estos cambios de humor se deben muchas veces a su hipersensibilidad y a que suelen sentirse ofendidas con facilidad. Ya se ha dicho que si algo no encaja con su verdad, entonces está mal.
DESCONECTAN A LA VÍCTIMA
De su familia y amigos …y cuando te vienes a dar cuenta solo le tienes a él…y cuando sacas el valor para irte de él te encuentras completamente sola…..Es tremendo!!
CRUELES E INSENSIBLES
Les da igual tu dolor, tus pérdidas familiares, tus enfermedades, tu misma, todo lo que te rodea……Por eso suelen ser crueles e insensibles incluso con tus hijos y mascotas. Muy doloroso….
NO SE ARREPIENTEN
Y lo más alarmante de todo esto es que no se arrepienten de lo que hacen. Es por ello, entre otras cosas, que conviene mantenerlos lejos, ya que ni siquiera existe la posibilidad de que recapaciten demasiado.
CONTROLADORES
Son personas que tienen la necesidad de sentirse superiores y controlar a los demás. Precisamente porque son personas inseguras y tienen miedo a ser desenmascarados. De hecho, cuando son desenmascaradas se quitan a esas personas de en medio y solo buscan permanentemente “gente nueva” que no les hayan descubierto aún. Esta es la manera de tener todo bien atado, para que no se escape nada de sus manos.
NO TIENEN CONTROL EMOCIONAL
Pese a querer controlar a los demás, no tienen control emocional. De hecho, muchos son personas totalmente analfabetas a nivel emocional. Por eso se comportan de manera impulsiva, machirula, brutona, torpe,….y les cuesta tanto reflexionar sobre su vida interior.
SEDUCTORES
Al ser personas encantadoras al principio suelen conquistar a su víctima. De hecho, son personas que seducen con mucha facilidad y que poseen una gran capacidad de seducción. Peter Pan y su wendies. Por eso, no asumen la responsabilidad de sus actos, que los asuman ellas. Por eso, de cara a la galería, el magnífico es él (el maltratador psicológico) y ella la resentida (la víctima) porque no le hace caso él.
MENTIROSOS
Las personas manipuladoras no son honestas. Esto les convierte en mentirosos expertos y compulsivos que sueltan una mentira tras otra (grandes actores). De hecho, raramente dicen la verdad.
SE HACEN LA VÍCTIMA
Como siempre están culpando a la otra persona, suelen adoptar el rol de víctima para justificar sus acciones (es mejor sentirse victima que no perpetrador para no sentir el dolor que supone verse tan malvado). Por ejemplo, pronunciando frases como “no me quieres, no te lo estás tomando en serio, yo solo soy un niño que nació regular….”, mientras ponen carita de cordero degollado (o perrito lastimero) produciendo ternura en sus víctimas.
BAJA EMPATÍA
Las personas maltratadoras no son empáticas. No reconocen las emociones de los demás ni conectan con ellas, solo funcionan a nivel mental, haciendo asociaciones racionales. Esto permite que puedan hacer a la víctima sufrir sin tener ningún tipo de resentimiento. Es la explicación a su no resentimiento.
LA MUJER MALTRATADA ES:
La mujer maltratada no es una “mujer débil y sumisa que se ha dejado maltratar”. La mujer maltratada es una persona coaccionada con técnicas perversas, anulada progresivamente porque su agresor la considera menos, una posesión (cosificación) a la que no se respeta si no que se maneja ya que “se me debe” (que te he salvado la vida eh, me lo debes) y no es equiparable a mi (que quede claro que yo dirijo, que estoy por encima de ti, que soy tu maestro). Muy al contrario, estas mujeres son tremendamente fuertes, supervivientes de una auténtica tortura psicológica y/o física.
Una mujer maltratada siente impotencia e incomprensión cuando comienza a contar su historia. Una historia que va formando a base de piezas que no sabe dónde encajar por lo contradictorias que pueden llegar a ser.
POR ESO:
A ti hombre te hablo, a ese hombre que mira para otro lado, y eres cómplice de ese maltrato de varias maneras:
Eres cómplice en el momento que una vez conocida la historia y de ver su parálisis le respondas: “si, es posible que sea un ogro, que tenga su ego, pero a mí me ayuda con mi trabajo y me gusta escucharlo, además es tan gracioso” (vamos que voy a seguir con él no pretendas ponerme en contra). Sí, porque en eso sois iguales, en ese egoísmo de pensar solo en vosotros, en miraros vuestro ombligo, en no empatizar con el otro y sin embargo ir de lo contrario, de guays, de “iluminados”, de “liberados”, de “Maestros”. Yo no sé que entendéis por Maestros pero para mí es aquel que sabe del dolor del otro (porque es el otro) y lo acoge en su seno con sumo respeto y calor para que sus alas vayan tomando temperatura y disposición de vuelo. Ninguno de los dos hacéis esto.
Eres cómplice en el momento que pones a parir al maltratador, dices que no quieres saber más de él, y en cuanto la víctima se da la vuelta, te está faltando tiempo para seguir “colegueando” con él. Falso, eres falso como la falsa moneda (será por tu oficio de actor que ni sabes quién eres). Tienes la falsedad del que juega en dos bandos para no perderse nada no vaya a ser que un día lo necesites. En este caso, como en el anterior, solo miras tu ombligo, egoísmo puro y duro, eres un Judas más e incluso otro maltratador en la sombra.
Eres cómplice (y verdugo) en el momento que eres el brazo ejecutor del maltratador psicológico, quien por su cobardía intrínseca no puede echarte físicamente de un lugar y utiliza a su lacayo (Licenciado en Ciencias para la Actividad Física y del Deporte) para que lo haga, no solo defendiéndolo a muerte y donde sea, sino incluso empleando la fuerza. Parece ser que eso es lo que le hace sentir al “lacayo” el hombre que no es.
Eres cómplice en el momento que jaleas al maltratador para que siga maltratando y en el momento que él menos se lo espera lo dejes por alguien mejor. Eres el típico traidor, sin escrúpulos, que hoy tiene un amor y mañana otro y todas son el “amor de tu vida”. Que sabrás tú de amor para toda la vida y de lealtad que te “vendes” al mejor postor. Este tipo de hombre imposible empatice con una víctima de maltrato, vive en una fantasía perpetua (coche, hijo guapo pa chulear en redes, mujeres las que quiera, cuidado de mi físico, mirad que feliz soy….). Es el narcisista happy.
Eres cómplice en el momento que guardas silencio y no tienes ni un poco de sangre para mirar con amor a quien sufre. Todo lo contrario, te vuelves no vaya a ser que te implique o te haga ver algo en ti que no quieres ver. Eres es Dorian Gray dándole la espalda al espejo.
PERO TAMBIÉN:
A ti mujer te hablo, a esa mujer que “duerme en la misma cama” del maltratador y como dice el dicho “se vuelve de su condición”.
No vayas de feminista riéndole la gracia a un maltratador porque deshonras con ello a la Mujer y encima les das vía libre para actuar sin temor.
No vayas de «mujer de bien y de estar en el lado correcto» porque amparar a un maltratador es seguir dándole teta y hacer que se multipliquen.
UNA MUJER TIENE EL MISMO DERECHO A SER RESPETADA, ADMIRADA Y ACOMPAÑADA PARA MEJORAR COMO PERSONA QUE UN HOMBRE. Y ESTO ES LO QUE NOS IGUALA. NO HAY MÁS Y SI ESTO NO SE ESTÁ HACIENDO A DÍA DE HOY, SE NECESITA MUCHA AUTOCRÍTICA PARA VER DÓNDE ESTAMOS ERRANDO Y CORREGIRLO.